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Conozca a los Ludvigson

Hace solo 10 años, Svensson estaba en una encrucijada. "Comenzamos a darnos cuenta de que no sería suficiente seguir creando los mismos productos fantásticos a la luz de la competencia de más y más imitadores. Para seguir expandiéndonos, tuvimos que cambiar toda nuestra estructura y forma de pensar", dice Anders Ludvigson, CEO. Esa idea fue el punto de partida para una transformación tumultuosa, pero muy exitosa en una de las empresas textiles más antiguas de Suecia.

‘Para seguir expandiendo, tuvimos que cambiar toda nuestra estructra y forma de pensar’

Hoy, el negocio está mejor que nunca. "Si fuera posible, aumentaríamos la producción en otro 50%". Es una tendencia que se ha notado en todo el mundo. En octubre de 2017, Svensson, que tiene filiales en los EE. UU., Corea del Sur, Holanda y China, logró entrar en la lista de la Bolsa de Londres de las 1000 empresas de más rápido crecimiento e inspiración de Europa. El objetivo ahora es pasar de más de 700 millones de coronas suecas en ingresos a una empresa de mil millones de coronas.

Pero para llegar al fondo de esta historia de éxito, debemos retroceder en el tiempo. Ha habido dos tendencias en los negocios de Svensson desde finales de los años setenta. Fue entonces cuando el Gerente Técnico Göran Henningsson tuvo un destello de genialidad: además de los textiles decorativos, la compañía también debería centrarse en las pantallas climáticas para los cultivadores profesionales de invernaderos.

La idea provino originalmente de Sven Gréen, una celebridad sueca de radio y experto en jardinería, quien hablaba sobre la fabricación de cortinas para que los invernaderos ahorren energía. Svensson es hoy un líder mundial en pantallas climáticas y vende sus productos a más de 130 países, pero el legado de la compañía está en los textiles para interiores. Y le debe ese éxito a quienes comenzaron todo en Kinna, Suecia, en 1887, cuando el bisabuelo de Anne y Anders Ludvigson, Ludvig Svensson, compró su primera máquina tejedora con sus ahorros.

En la ciudad, las condiciones eran adecuadas para una industria textil próspera. Había energía hidroeléctrica para la producción, pero, sobre todo, había trabajadores calificados. La región de Sjuhärad todavía se conoce como "el Reino del Textil", un recordatorio de que varios fabricantes de textiles exitosos se han instalado aquí a lo largo de los años. La mayoría han desaparecido, pero Svensson permanece y sigue siendo fuerte. Hoy en día, la vida en Kinna todavía gira en torno a la compañía que fundó Ludvig Svensson hace 130 años. La compañía es el mayor empleador de la ciudad, y la mayor parte de la producción todavía se lleva a cabo en el molino de ladrillos rojos que se construyó hacia finales del siglo XIX.

Es una historia y un legado convincente. En 2015, Anders Ludvigson tomó el cargo de CEO de su hermana Anne, que asumió el mando en Ludvigson Invest, propietaria de Svensson y administradora de otros activos de la compañía, incluidos los terrenos y bienes inmuebles. La gerencia de Svensson ha comprendido desde hace tiempo que, sin buenas viviendas y escuelas, la ciudad no existiría. Svensson es el alma de Kinna, pero depende igualmente de la ciudad para su prosperidad.

“No podríamos mover la fábrica lejos de aquí. Las habilidades que tenemos en Kinna no se pueden encontrar en ningún otro lado. El pueblo es parte de nuestro ADN, y queremos apoyar su crecimiento para que sea atractivo para las personas vivir y trabajar aquí ", dice Anne. Anne y Anders crecieron en Kinna y se criaron prácticamente en el negocio familiar. Anne recuerda estar sentada en la oficina conectando las llamadas en la antigua centralita telefónica. En ese momento, la vida social estaba entrelazada en gran parte con la vida comercial, y los padres de Anne y Anders tenían cenas de negocios en casa, que estaba a unos pasos de la fábrica.

Innovación para la vida cotidiana de los clientes

La producción de textiles entró en una sobrecarga durante el auge de viviendas en Suecia, y la marca Svensson fue tan respetada que se convirtió en parte de la campaña electoral de 1985. Tres años antes, el entonces primer ministro Olof Palme había mencionado a Svensson en su discurso anual en Almedalen por consejo de su ministro de Finanzas Gunnar Sträng. Palme inició su campaña de reelección con una visita a Svensson y concluyó en un famoso discurso: "Si todo va bien para la fábrica de cortinas de Ludvig Svensson, todo va bien para Suecia".

Pero volvamos al día de hoy y ese momento definitivo en 2007. "De hecho, éramos el líder de la industria, pero también estábamos en una posición en la que nos resultaba difícil realizar importantes avances técnicos. Necesitábamos crear una cultura empresarial que capturara mejor las buenas ideas, y cambiar nuestro enfoque de simplemente entregar productos hacia construir nuevas relaciones y ofrecer a nuestros clientes servicios y soluciones que nos hicieran parte de sus vidas cotidianas", dice Anders.

Los consultores de innovación y los desarrolladores comerciales fueron reclutados y se implementaron nuevas formas de trabajar a través de los límites departamentales. No se dejó piedra sin remover. Todo estaba bajo revisión. "Este fue el comienzo de algo nuevo", dice Anders. "En el pasado, se dejaban muchas decisiones a la alta gerencia, pero entendimos que si íbamos a seguir creciendo, más personas debíamos tomar la iniciativa. Cuando se juntan recursos y talento de diferentes departamentos, las cosas comienzan a suceder". O, como dice Anne: "Se necesita una orquesta completa, no solo unos pocos solistas, para que todo funcione". Esto no es solo una frase con gancho que se ve bien en una presentación corporativa, si no, palabras por las cuales regir la vida. Todos los que comienzan en Svensson, independientemente de su posición, deben trabajar en la línea de producción. Es importante entender cómo funcionan las cosas desde cero. Esto fomenta un sentido de compromiso y orgullo.

‘Cuando reúnes recursos y talentos de diferentes departamentos, las cosas comienzan a suceder’

Ser capaz de pararse sobre sus propias piernas en todas las áreas de sus operaciones ha sido útil para Svensson. La compañía salió relativamente indemne de la recesión a fines de la década del 2000, a pesar de los grandes desafíos que nadie hubiera podido imaginar. Al mismo tiempo que el colapso de Lehman Brothers sumió a los bancos del mundo en la crisis financiera de 2008, también hubo un excedente de invernaderos en Holanda. En un año, Svensson vio desaparecer el 60% de su mercado, algo que se hubiera esperado que devastara a cualquier otra compañía.

“Ciertamente fue difícil cuando nos vimos obligados a despedir personal, pero una combinación de buenos consejos de nuestros miembros de la junta y los sacrificios hechos por los empleados nos permitieron superar la recesión sin perder demasiado impulso", dice Anders. Y ayudo que fuera una empresa familiar que no requería tener en cuenta los informes trimestrales y a los accionistas preocupados. "A veces me pregunto: '¿Cómo se hacen inversiones como esa y aún duermo de noche?' Supongo que la respuesta es: '¡No conocemos otra manera!'. Por otro lado, no se puede ir por la vida preocupándose por tener un legado de 130 años por administrar.”

Soluciones que marcan la diferencia

Anders se ve ante todo como un "patrocinador" de buenas ideas. "Quiero crear las condiciones adecuadas para que el equipo tenga éxito, y me encanta hacer la pregunta, '¿Por qué?' Todo lo que hagas debe ser por una razón, de lo contrario, fallará." Svensson está mejor que nunca, “incluso mejor que durante el boom de la construcción de la década de 1970."

Y sus productos no podrían ser más oportunos a medida que el mundo busca formas de proteger el medio ambiente y preservar sus recursos naturales. Aquí, los invernaderos jugarán un papel cada vez más importante en la creación de un sistema de producción de alimentos menos intensivo en energía y más eficiente, y los productos de Svensson pueden marcar una gran diferencia. La siguiente etapa en el desarrollo de Svensson será combinar sus dos áreas de negocios. Existe un mercado en crecimiento para textiles para interiores que son estéticamente agradables y climáticamente inteligentes. Y Anders dice que estas dos áreas se pueden combinar.

“Muchos productores luchan con márgenes estrechos, y tenemos los recursos y la experiencia para apoyarlos", dice. "Podemos ayudarlos a crear mejores productos con tiempos de cultivo más cortos y, al mismo tiempo, a reducir el consumo de energía. Lo mismo ocurre con los textiles para interiores. Hablaremos con los diseñadores de interiores sobre el clima de la misma manera que los productores. Se pueden obtener importantes beneficios de salud al usar los textiles adecuados, pero también hay dinero para ahorrar. No solo venderemos productos, venderemos soluciones."

Y es quizás este tipo de razonamiento el que encapsula el verdadero espíritu de Svensson: "Es maravilloso saber que lo que producimos contribuye a un mundo un poco más sostenible y a un sistema de producción de alimentos más seguro. Es una sensación muy agradable el ir a trabajar, sabiendo que estás contribuyendo."

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